¿Quienes somos?
Nuestros inicios en la tradición del Vino CalienteEl Inicio
El recuerdo de las ocasiones especiales, cuando la casa de la abuela se llenaba de deliciosos aromas, entre otros del de una bebida, que al comienzo, sólo podía ver cómo la disfrutaban los mayores, y que el día que la abuela decidió que yo ya la podía tomar, marco todo un hito en el paso de mi niñez a la adolescencia, que además era usado, recomendado y obsequiado cuando había algún enfermo en casas de familiares, vecinos y amigos, como un elixir que recuperaba la salud, ese recuerdo llegó a mi mente un día de Julio de 2005, en un momento en que había entrado a una crisis laboral, después de haber trabajado 9 años, para una Compañía que tuvo que cerrar, y ante las pocas oportunidades de conseguir empleo, no sólo por la situación del país, sino por mi edad, que ya pasaba de los 40.


Ese es el orgullo con que hoy en día, mi esposo, quien a pesar de sus ocupaciones, quiere ser parte del proyecto, mis hijos adolescentes, para quienes ha sido su primera fuente de ingresos por su trabajo y yo, producimos, preparamos y vendemos Spirit Blend, esperando que cada vez que alguien lo pruebe, sienta la calidez de una tradición que ha pasado por más de tres generaciones, queriendo brindar un momento amable, dulce y reconfortante para el cuerpo y el espíritu.
Hasta el momento, la sede es nuestra casa, donde con las mejores prácticas de higiene, se mezcla y empaca Spirit Blend de forma manual.
Y de repente, el recuerdo de ese olor, de ese sabor y de esas ocasiones tan especiales, me iluminó para ver el Spirit Blend, como una oportunidad de fuente de trabajo y de dinero, al comercializarlo para que muchas otras personas, pudieran tener la maravillosa experiencia de probarlo.
Desde ese día, comenzó una carrera de investigación del mercado nacional de vino caliente, las costumbres al respecto, de costos, proveedores, empaques, pero sobre todo un volver al pasado, a conseguir la receta de la abuela, preguntar a las viejas tías todos los secreticos de su preparación, conseguir las frutas deshidratadas en volumen, ya que en casa de la abuela eran deshidratadas por ella misma de manera artesanal, lograr ubicar las especias que a ella le traían de Europa y más adelante sus nietos de Canadá, conocer los ingredientes originales con que preparaban la receta en Francia, y descubrir que la forma como la abuela había reemplazado los que no se consiguen en Colombia, era magistral, y preparar y probar, una y otra vez con la ayuda de la familia, hasta lograr encontrar un sabor, un aroma y una textura a la que sólo le falta para ser igual a mis recuerdos, la cariñosa voz de la abuela, el orgullo con que lo servía, el amor y cuidado con que lo preparaba y la generosidad que ponía en cada vaso de Spirit Blend, en el que entregaba la tradición de su familia.
